No caigamos en la trampa

No caigamos en la trampa

Por Ilse M. Escobar

No cabe duda de la habilidad siniestra del gobierno morenista para polarizar aún más a la ciudadanía con la llamada “revocación de mandato”. Cada vez se profundiza más la incertidumbre de si es conveniente ir a votar a favor o en contra o abstenerse. En las redes sociales y en entrevistas a politólogos o especialistas, se ha armado una enconada polémica en referencia a este asunto.

En ese ámbito aparecen muchas voces convocando, con una serie de argumentos que aparentemente convencen, a participar en esta consulta a favor de la revocación, y así lograr la destitución del presidente Andrés Manuel López Obrador. Imaginemos que fuese posible su remoción, yo pregunto: ¿qué pasaría después de que esto se lograse?, ¿cómo sería realmente la sucesión presidencial?, ¿qué consecuencias traería al país?

Como el presidente está a la mitad de su mandato, no se convocarían nuevas elecciones. En un primer momento tomaría el cargo el presidente del Congreso. Los diputados tendrían un período de treinta días para elegir, con una asistencia de las dos terceras partes, a un presidente sustituto que terminaría el mandato de López Obrador. Si Morena tiene la mayoría en ambas cámaras: ¿a quién creen ustedes que van a elegir?, ¿a un moderado o a un radical?, ¿creen que López Obrador desaparecería buenamente del escenario político?

Bastarían esos treinta días para que el país entrase en una profunda inestabilidad política y por ende financiera. No es difícil imaginar el encono con el que se enfrentarían las facciones morenistas. La relativa estabilidad que caracteriza nuestro sistema presidencialista reside en la no interrupción de los sexenios, meta cumplida desde hace casi noventa años.

Si la participación en la revocación resulta muy concurrida, el presidente y todos los morenistas aumentarán sus desplantes autoritarios y sus flagrantes violaciones al marco legal. La mejor decisión es negarnos a participar en toda esta farsa. La abstención en este tipo de consulta es también un recurso para manifestarse en contra de López Obrador.

En una mañanera reciente comentó de nuevo que en el testamento, que dejó antes de su última cirugía, “recomendó respetuosamente” a la persona que quedaría en su lugar si él faltaba, con el fin de evitar la inestabilidad que pudiera causar su ausencia. A ese grado llega su cinismo. Queda claro que, aún muerto, su intención es mantener el control del gobierno para la 4T.